Filosofía de la Fundación Mangrove Garden


Hace menos de 50 años, los desarrolladores residenciales creían que la propiedad de los humedales tenía que ser dragada y rellenada para eliminar toda el agua y la vegetación para mejorar la comerciabilidad. Hoy en día, sabemos que nuestros humedales son ecosistemas valiosos que sustentan una variedad de vida y deben, en la medida de lo posible, mantenerse. Estos ambientes de humedales, rodeados de manglares, nutren y sostienen prácticamente todos nuestros estuarios y peces marinos cercanos a la costa, así como peces recreativos. Las raíces de sostén de los manglares mantienen las costas a salvo de la violencia de las tormentas y permiten que se formen nuevas masas de tierra dentro de sus sistemas de raíces. Y, hemos aprendido por las malas, que cuando la franja de manglares se elimina indiscriminadamente, las inundaciones y la erosión de la tierra siguen rápidamente.

Afortunadamente, estos ecosistemas se pueden preservar. Podemos coexistir los manglares y la humanidad contribuyendo al medio ambiente en lugar de destruir lo que es tan importante para la salud de nuestros ríos, estuarios y océanos al reevaluar nuestras necesidades y adoptar una nueva filosofía.
Al adaptar nuestras metas y deseos de desarrollo a lo que necesitan los humedales, al familiarizarnos con los humedales y trabajar dentro de ellos, hemos descubierto que uno puede vivir y cultivar dentro de este entorno sin alterar el delicado equilibrio. Al desarrollar The Mangrove Gardens, protegimos y mejoramos el medio ambiente mediante la eliminación de especies invasoras, es decir, pimenteros, pinos australianos y vides, y al instituir la poda/recorte periódico controlado de los manglares, la salud de los humedales ha mejorado mucho y el resultado es un entorno natural más productivo.

La belleza del jardín viene en muchas formas diferentes. Al trabajar con el medio ambiente e incorporar los manglares y las islas abandonadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército en la década de 1950, se ha desarrollado un jardín único y exótico. Por ejemplo, se ha convertido en una herramienta con la que educar a las personas y los grupos que visitan. Solo podemos esperar que todos y cada uno de los visitantes aprendan que con una planificación cuidadosa, cada uno de nosotros puede hacer su parte para preservar y mejorar estas áreas para que puedan florecer no solo ahora sino para siempre.